Por Jessica Altahona Páez y Luis Carlos Nobles Muñoz @mluisknobles @jekaenamorada
En la anterior entrada “Y si te quedas qué? imaginamos una escena en donde nos encontrábamos en una situación decisiva en el camino de una relación que lucha por llegar a la meta de la santidad, el NORTE al que estamos llamados sabiendo que no es fácil alcanzar, pero somos conscientes de que si tomamos la decisión de usar la inteligencia, voluntad y libertad en disposición de DIOS, será ÉL, quien con su ESPÍRITU, encamine nuestros pensamientos, decisiones y pasos por el sendero de una gracia en particular: LA CASTIDAD.
Y esa GRACIA que viene del Espíritu no permitirá que nos quedemos dormidos como esa liebre con la ingenuidad de ganar sólo porque creía que era más ágil pero no vio sus debilidades ni la constancia de su contrincante, no hay que dejar de reconocer que si podemos lograr muchas cosas pero ese podemos debe estar acompañado de un carácter que se forje con determinación y disciplina, que hay unas debilidades para convertir en fortalezas y que además hay un rival que nos va a querer vencer, más fuerte y ágil que una tortuga, es un león que está al acecho buscando a quién devorar, por eso el Señor nos pide astucia de serpiente para ser prudentes y mantenernos despiertos (1Pedro 5, 8)
¡SI, DESPIERTOS! Y como lo dijimos anteriormente no estamos solos, puesto que para una carrera, tenemos un equipo, un entrenador, una formación y hoy nosotros queremos que te unas al equipo de los que queremos luchar por noviazgos que ven la castidad como algo posible y no solo eso como algo maravilloso que le agregará a tu relación el mejor de los vinos.
Permítenos entonces darte estos consejos que nos han servido en este camino para avanzar, estar alerta de los obstáculos, correr cuando es necesario y levantarnos cuando hemos caído.
Primer consejo: seamos sinceros con nosotros mismos, conozcamos nuestros límites, no esperemos a estar en la zona de peligro, Hay que hablar de los posibles momentos de riesgo, puntos débiles y frente a eso preguntarse: ¿Qué decisiones y acciones se van tomar en ciertas circunstancias? Pues además de ser fieles entre nosotros también hay que ser fieles a Dios, incluso antes de ser tentados. Por lo tanto evitemos el OSO es decir, evitar la OPORTUNIDAD, SOLEDAD Y OSCURIDAD. No se permitan demasiado tiempo a solas, busquen actividades en donde se conozcan como amigos, pues la amistad es una base importante en la relación, fíjense que alguien esté cerca a ustedes para que la oportunidad se aleje y compartan con otras personas que los ayude a crecer.
Segundo consejo: seamos humildes, no aparentemos una fuerza y confianza que no tenemos, fijemos esa confianza en las fuerzas de Dios. Es mejor saberse vencidos y huir que creerse fuertes y perder completamente el norte, porque al huir estamos ganando mucha más voluntad para hacer mejor las cosas. Si a uno de los dos se le hace más fácil que al otro mantenerse despierto y vigilante, piense que nuestra pareja hace un gran esfuerzo por respetar y mantenerse firme, no hagamos su lucha más difícil, despertando curiosidades o sensaciones.
La humildad se trata de reconocer que la riqueza de nuestro amor viene de Dios es cuando somos pobres de espíritu pues “todo amor verdadero es humilde: cuando se ama a alguien, sobre todo cuando ese amor es compartido, se tiene siempre conciencia de que este amor es del orden de una gracia, un regalo, y no una creación personal de la que podría uno vanagloriarse… La humildad es tan esencial porque es a la vez la señal y la condición de todo amor auténtico. Amar es dejar toda pretensión de autosuficiencia, toda arrogancia, toda dominación, todo afán de posesión, toda superioridad, hacerse pequeño ante el otro y acogerlo en su propia pobreza y su debilidad. No hay amor verdadero y durable más que entre dos pobres de corazón. Los ricos están siempre en competencia, en concurrencia. Solo los pobres saben amarse y acogerse. Dios se hizo pobre porque él es amor” (La felicidad donde no se espera de Jacques Philippe)
Tercer consejo: oremos constantemente, pues separado de Jesús nada somos ni podemos hacer (Juan 15, 5). Si hacemos de Cristo el coach del equipo, Él estará siempre para protegernos. Acojamos a María, esa Madre que ama los matrimonios santos, que se compadeció por la pareja de Galilea al quedarse sin vino y buscó a su hijo para que les regalara el mejor, además aprovechemos la ayuda e intercesión de los santos y ángeles que están llenos de ganas por ayudarnos. Piensen ¿qué haría su santo favorito en su lugar?, ¿qué consejo les daría? Si no tienen un santo favorito los invitamos a que busquen uno y pídanle que sea su amigo. Uno de nuestros amigos es San Rafael Arcángel, patrono de los matrimonios y no encontramos palabras para explicar la manera como nuestro padrino (así lo sentimos en nuestra relación) nos ha ayudado para superar obstáculos y quitarnos la ceguera que nos guiaba por la oscuridad.
Cuarto consejo: formarnos en la castidad, guiados por las palabras del Papa Juan Pablo II, a los jóvenes de Budapest en 1991: “Los invito, queridos jóvenes, a comprender la seriedad de su responsabilidad en el amor… ¡preparen su futuro, prepárense para realizar con éxito su amor! La mayor parte de ustedes están llamados a formar una familia, ¡perspectiva fascinante y a la vez formidable! No es fácil edificar un hogar auténtico. Prepárense para ser en el futuro los constructores de familias sanas”. Lean libros, artículos, busquen charlas, retiros, asesorías de sacerdotes o de matrimonios que para ustedes sean un referente de fidelidad y amor, ¡ah! y por supuesto sigan leyendo las entradas de este blog que nos ha acercado a comprender un poco más, sobre la vivencia del verdadero amor. Si reconocemos el gran tesoro que implica una vida de castidad no dudaremos en luchar por ella.
Quinto consejo: Seamos fieles desde antes que llegue la tentación a ejemplo del mito de “las sirenas y Ulises” quien sabía que su barco se acercaba por el valle de las sirenas quienes con sus voces seductoras encantaban a los marineros. Ulises tenía muchas ganas de ver a su esposa después de 10 años de estar lejos por una guerra y no quería serle infiel, por eso le dijo a sus súbditos que lo amarraran al mástil del barco, él debía escuchar el mar para indicar el camino pero ellos si debían taponarse sus oídos, indicándole que por más que él les gritara e insultara no lo desamarraran cuando pasaran por las sirenas y así fue, el encantamiento de las sirenas lo desesperó hasta suplicar a los demás que lo soltaran pero ellos obedecieron la primera orden. Ulises se reencontró con su esposa llevando muchos regalos de los lugares de sus hazañas pero el mejor regalo fue la fidelidad.
Sexto consejo: Tomando la recomendación de Pablo VI en la encíclica Humanae vitae: «Y si el pecado les sorprendiese todavía, no se desanimen, sino que recurran con humilde perseverancia a la misericordia de Dios, que se concede en el Sacramento de la Penitencia». Consejo que tenemos presente en todos los aspectos, que cuando caigamos no abandonemos el camino de la santidad, pidamos al Espíritu Santo el arrepentimiento de verdad, salgamos corriendo a la reconciliación con el Padre y volvamos con más energía a la carrera.
Séptimo consejo: oremos por el prójimo, por los amigos, las familias, las parejas, por nuestra comunidad, por los sacerdotes, porque ese prójimo es el que te va a ayudar con su testimonio o con sus palabras a ser fiel y el que también está necesitando un referente o una ayuda para despertar.
Por último ,aprovechamos este consejo para pedirles un gran favor: oren por nosotros, somos Jessica y Luis (nos decimos de cariño: Juancho y Juancha) novios que aprendemos y desaprendemos cada día en este hermoso cuento de amor, castidad, fidelidad y sabemos que necesitamos de la GRACIA divina para caminar, correr cuando sea necesario o volar y navegar, DESPIERTOS, RUMBO NORTE.